La emoción está en su punto máximo en Boca Juniors a solo diez días de la gran final de la Copa Libertadores contra Fluminense en el mítico Estadio Maracaná. La hinchada azul y oro no podría estar más emocionada, y parece que la misma ilusión que arde en los corazones de los fanáticos se refleja en el arquero Sergio «Chiquito» Romero, quien ha desempeñado un papel fundamental en llevar a Boca a esta instancia.
En una charla exclusiva con el canal oficial del torneo de clubes sudamericanos, Sergio Romero compartió sus pensamientos y sentimientos de cara al enfrentamiento que podría cambiar la historia de Boca Juniors. «Hoy en día vamos con la misma ilusión, que es la de entregarle a Boca o a la gente de Boca la séptima, que es lo que todos desean hace tanto tiempo», afirmó el experimentado guardameta.
La última vez que Boca levantó la Copa Libertadores fue en 2007, y desde entonces, los seguidores han anhelado otro título continental. Con un brillo de emoción en sus ojos, Chiquito Romero expresó sus deseos de escribir un nuevo capítulo en la historia de Boca. «Queremos ir detrás de esa final contra Fluminense, ganarla y traerle la copa a la gente para que la pueda disfrutar», subrayó.
La confianza de Sergio Romero es palpable, especialmente cuando se trata de enfrentar situaciones de presión, como las tandas de penales. Sus actuaciones en las definiciones por penales contra Nacional, Racing y Palmeiras han sido fundamentales para llegar a esta etapa del torneo. Con una sonrisa en el rostro, el arquero argentino compartió su convicción de que las cosas se darán en la final en Río de Janeiro el 4 de noviembre.
«engo una fe inquebrantable de que las circunstancias estarán de nuestro lado, y que vamos a llevarnos la victoria. Cuando uno está lleno de confianza y esa serenidad interior que nos dice que todo saldrá bien, ya siento la felicidad por el partido.
La ilusión de Sergio Romero es el reflejo de la esperanza de todo el pueblo azul y oro. Con la final de la Copa Libertadores acercándose rápidamente, los seguidores de Boca no pueden esperar a ver si Chiquito y su equipo pueden hacer realidad sus sueños en el mítico Maracaná. La emoción está en su punto máximo y, a medida que se acerca el 4 de noviembre, los corazones de los fanáticos laten con una mezcla de expectación y esperanza.